Os compartimos esta noticia del periódico La Verdad acerca de la «Nueva Agricultura».
Entidades de investigación y empresas avanzan las vías que asegurarán la sostenibilidad y el futuro de la actividad agraria murciana de la mano de desarrollos como la agricultura vertical, la iluminación led y la robótica
En pleno centro de Róterdam se cultivan miles de verduras en un espacio amplio que, sin embargo, no es posible ver a pie de calle, ni tampoco a vista de pájaro. La producción se desarrolla dentro de un antiguo edificio de una televisión pública, reconvertido en un avanzado huerto bajo techo y sin suelo (hidropónico), y alimentado por el agua y los nutrientes que le brindan unos grandes tanques de la planta baja en los que engordan tilapias, un pescado que, igual que las hortalizas de los pisos superiores, se venden en el mercado local. El periodista palpa el futuro al pasear entre estas largas hileras de verduras bañadas por el sol de los grandes ventanales por los que asuma la ciudad holandesa, y enriquecidas con los nitratos que procuran las secreciones de los peces de más abajo. Pero no es necesario alejarse tanto, ni en el tiempo ni en el espacio, para ser testigo de la agricultura que nos viene.
«La agricultura 4.0 ha llegado para quedarse», explica el profesor del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas-CSIC) Vicente Martínez, director del departamento de Nutrición Vegetal de esta entidad de referencia de la investigación agrícola nacional, que tiene su sede en Murcia. Martínez encabeza una serie de proyectos sobre nuevas técnicas que ya están cambiando los modos de cultivar en las geografías más avanzadas del desarrollo agrario del planeta, como Países Bajos e Israel, frente a las que la Región de Murcia no se queda atrás. «Creo que en algunos aspectos hemos superado a empresas de estos países», afirma: «Solo hay que echar un vistazo a la cantidad de proyectos internacionales que han conseguido algunas de nuestras empresas, que tienen una oferta tecnológica líder a nivel mundial». El científico repasa varias de las iniciativas en las que ahora están implicados, tanto su equipo como esas compañías punteras, sobre ámbitos tan llamativos como la agricultura vertical, la iluminación de cultivos con led y la robótica.
La agricultura vertical que se practica en el edificio de Róterdam, sobre la base de edificios urbanos en vez de suelos agrarios, no es ajena al grupo de nutrición vegetal del Cebas. Hace ya seis años que la institución abrió una línea de investigación específica con el denominado proyecto Hidroleaf, desarrollado entre 2017 y 2021, en colaboración con las empresas murcianas Riegos y Tecnología (Ritec) y Odin Solutions y la alicantina Rufepa Tecnoagro, además de la Universidad de Murcia. El mismo consorcio, junto con la compañía Eléctricas Brocal comienza ahora el proyecto EDEN, que concluirá en 2025 y está financiado por la Agencia Estatal de Investigación gracias a los fondos Next Generation, lanzados por la Unión Europea para reactivar una economía sostenible tras el golpe de la pandemia. «El objetivo de este proyecto es desarrollar una unidad vertical de producción en interior completamente automatizada y gestionada inteligentemente», resume Martínez. «Las iniciativas en torno a la agricultura vertical continuarán desarrollándose a medida que la tecnología avanza y sigue creciendo la demanda de alimentos frescos y sostenibles», augura.
Algo similar se prevé para el creciente uso de iluminación led en la producción agrícola. Curiosamente, este tipo de luz artificial, al ser obtenida de fuentes renovables, resulta especialmente apropiada para un territorio con tanto sol como el nuestro. «Las regiones que gozan de un gran número de horas de luz solar, pueden optar por esta fuente de energía renovable de manera que la huella de carbono de la iluminación artificial se minimiza totalmente», explica la ingeniera agrónoma Isabel Bronchalo, una de las pioneras de la biotecnología española. Se trata de un modelo de iluminación, añade Martínez, «cada vez más utilizada para mejorar la eficiencia y la productividad de los cultivos, tanto en invernaderos como en agricultura vertical», donde se aprovecha su flujo constante y perfectamente controlable a lo largo de todos los días del año.
«Estamos desarrollando programas inteligentes que adaptan la iluminación al desarrollo del cultivo, con el fin de obtener productos de máxima calidad», avanza el investigador del Cebas. Uno de los objetivos del mencionado proyecto EDEN «es optimizar las condiciones de iluminación, la duración de la fase luminosa, la intensidad lumínica y la calidad del espectro para diferentes tipos de cultivos, como brotes, ‘microgreen’, plantas aromáticas, y plantas hortícolas de hoja ‘baby’, dedicadas a cuarta gama», revela.
La siempre llamativa robótica compone otra línea de progreso en el que la ciencia murciana está implicada. «Estamos colaborando en el proyecto Demeter (Lineas Estratégicas de la Agencia Estatal de Investigación), liderado por la Universidad de Murcia, en el que participa el Instituto de Robótica e Informática Industrial (IRI), con sede en Cataluña, y la empresa murciana Riegos y Tecnología». El propósito final es desarrollar un sistema digitalizado para la producción sostenible de algodón hidropónico en invernadero, pero entre sus objetivos específicos destaca «la recolección automática mediante un robot, dotado de visión e inteligencia artificial, tan de moda en estos días», precisa el profesor.
La iniciativa Demeter es un buen ejemplo del uso de las nuevas tecnologías relacionadas con la agricultura 4.0. El manido término hace referencia a la aplicación de herramientas que mejoran la conectividad y el análisis de la información para aumentar la eficiencia en los procesos productivos y la sostenibilidad de la actividad. En este caso, detalla Martínez, se busca «convertir un cultivo poco sostenible, como el algodón, que se caracteriza por los grandes requerimientos de agua, fertilizantes y pesticidas, en un cultivo sostenible», de modo que pueda atender la alta demanda del sector textil sin pagar un alto peaje medioambiental.
La sostenibilidad es una máxima clave en los desarrollos agrarios del futuro. En ella se basa el proyecto Open2Close en el que el equipo de Vicente Martínez también está implicado, en colaboración con las empresas de la Región Odin, Ritec y Explotaciones El Montes. Su misión es convertir en sistemas cerrados de cultivos sin suelo producciones de pimiento para ahorrar agua y fertilizantes y evitar la contaminación de acuíferos por nitratos y fosfatos. Un asunto de alto interés tras lo ocurrido en el Mar Menor por la llegada en exceso de estos componentes de uso agrícola.
«Es importante destacar el esfuerzo que algunas empresas de la Región están haciendo para contribuir al desarrollo sostenible del sector agrícola». Este es un punto clave para encarar bien el futuro, a juicio del investigador. Martínez reconoce que dentro del sector agrícola, «el sector productor «puede que sea el más retrasado en la incorporación a la agricultura 4.0», al tiempo que califica como «imprescindible que nuestras empresas integren al día a día todas estas herramientas que se están desarrollando en la actualidad». Gracias a ellas, augura, el campo de la Región de Murcia seguirá a la vanguardia de Europa, con una producción mucho más sostenible, y la ciencia que le da soporte no dejará de mirar de tú a tú a la que se desarrolla en Países Bajos e Israel, como ejemplos entre las más avanzadas del planeta. No es necesario viajar a Róterdam para verlo.
Mucho avanzado, pero insuficiente
El campo regional ya lleva mucho avanzado en digitalización y sostenibilidad «en los últimos años». El director del departamento de Nutrición Vegetal del Cebas-CSIC, Vicente Martínez, pone como ejemplos el uso de drones y satélites para monitorear cultivos y recolectar datos, al tiempo que se han desarrollado «aplicaciones móviles y plataformas en línea para la gestión de fincas y la toma de decisiones». La sostenibilidad es un punto clave para encarar el futuro en el que la Región de Murcia también está implementando nuevas soluciones, «como el uso de tecnologías de riego eficientes, la implementación de técnicas de agricultura de precisión, la reducción del uso de pesticidas y fertilizantes químicos y la promoción de prácticas agrícolas orgánicas». Al mismo tiempo, aquí se «se ha puesto en marcha iniciativas para la gestión de residuos y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero» en la agricultura. Sin embargo, a pesar de tanto desarrollo, advierte el especialista, «todavía existen desafíos importantes en el sector agrícola de la Región». No hay que dormirse, exhorta: «Es necesario seguir avanzando en la implementación de tecnologías digitales y en la adopción de prácticas agrícolas sostenibles para garantizar la viabilidad a largo plazo del sector en la Región.